María vive en Barcelona. El pasado año cursó un Master en Globalización, Desarrollo y Cooperación en la UB. Al terminar los estudias, María quería irse al extranjero a realizar un voluntariado para ganar más experiencia en el terreno, poner en práctica sus conocimientos teóricos y aprender más sobre la realidad a la que se enfrentan día a día las asociaciones en un país emergente. Una compañera del máster le habló de SENAI y decidió contactarnos. María tenía experiencia como profesora de inglés y nuestro equipo le buscó la ONG que mejor encajaba con ella, la ayudó con todos los preparativos y estuvo pendiente en todo momento. Pero mejor que os cuente ella misma cómo vivió su mes en Indonesia
El 31 de julio del 2015 llegué a Indonesia para participar en un
programa de voluntariado con una organización local que trabaja con niños de la
calle. Llegué a Yogyakarta, concretamente a una zona rural a 30 minutos del
centro llamada Kalasan llena de arrozales y árboles frutales donde se encuentra
la ONG con la que colaboré. Estuve solo un mes con ellos pero el tiempo pasó
volando. La ONG en la que estuve cooperando es una asociación sin ánimo de
lucro que brinda atención integral a niños y adolescentes que viven en la calle
en condiciones indignas. Mi tarea consistió en dar clases de castellano a los
empleados de la oficina por las mañanas y clases de inglés a los niños por las
tardes.
La organización tenía acogidos a 17 niños de entre 7 y 18 años. Estos
niños y adolescentes habían estado mendigando en las calles, mandados por sus
padres. La situación de sus familias es tan precaria que los padres muchas
veces mandan a sus hijos a pedir dinero en la calle en vez de al colegio. La
organización con la que colaboré acoge a estos niños en su centro educativo y
les cubre su manutención y sus estudios hasta secundaria, facilitándoles el acceso
a la universidad a través de programas de becas. Pero la labor de acogida de
niños no es fácil ya que los educadores sociales tienen que explicar a los
padres los riesgos que corren sus hijos estando en la calle y lo perjudicial de
la abstención escolar. Por eso muchas veces este proceso suele ser largo y
puede tardar entre uno y dos años. Durante la semana, los niños comen y duermen
en el centro y el fin de semana se van a casa de sus padres. De esta manera al
ir al centro después del colegio los niños pueden hacer los deberes, estudiar y
jugar con otros niños en lugar de mendigar por las calles.
Al principio fue un poco raro para mí ya que era la única extranjera de
Kalasan pero en seguida me habitué y la gente de la ONG me acogió con mucha calidez y cercanía y pude
entablar una amistad con ellos. Con los niños también resultó muy fácil
colaborar. En seguida se mostraron entusiastas y alegres y participaron en
todas las actividades. Lo pasamos genial juntos y poco a poco los niños fueron
cogiendo cada vez más confianza y hablaban mas inglés conmigo. Lo más
gratificante fue ver cómo a pesar de que ellos tenían un nivel básico de inglés
pudimos comunicarnos y pasarlo bien. Algunos mejoraron mucho su nivel de inglés
en poco tiempo. Yo aprendí mucho de su cultura y sus costumbres. Mis últimos
días allí los recuerdo con mucha nostalgia y me hubiese gustado quedarme más
tiempo, pero tuve que volver a Barcelona por motivos laborales.
Esta experiencia ha sido una de las más
importantes de mi vida y una de las más maravillosas. Fue gracias al equipo de
SENAI que pude ponerme en contacto con esta ONG y vivir esta experiencia. SENAI
me puso en contacto con esta asociación que no solo trabaja de manera efectiva
sino que se involucra con los niños de manera admirable. Su labor educativa y
humanitaria me ha permitido creer en la importancia y eficacia de las ONGs. El
equipo de SENAI también me buscó alojamiento a cinco minutos de la organización
y en condiciones óptimas. Tengo que dar mis agradecimientos no solo a la
organización con la que colaboré por su acogida y su cariño sino también al
equipo de SENAI por haberme preparado y guiado en esta experiencia. Espero
volver pronto a Indonesia y volver a contactar con SENAI y la asociación de
Kalasan que ha depositado en mí la ilusión de seguir trabajando en la
cooperación y en el mundo de las ONGs.
No hay comentarios:
Publicar un comentario